Tormentas

Siempre me he considerado una persona cálida. Soy más yo cuando el sol roza mi piel, cuando empiezan a crecer las flores. Y eso es precisamente lo que me extraña; ¿por qué si soy mas una brisa suave, siempre calmada, me gustan tanto las tormentas?
Tengo una fuerte atracción, estúpida o quizás no hacia los desastres. A mi no me estropea el día una tormenta, no quiero que pare de llover. A pesar de que yo prefiera el sol, necesito a la lluvia. Me siento atraída por todas esas cosas que no soy, y que por esa misma razón necesito.
Puede sonar extraño, a todos nos gustan las cosas que nos reflejan, con las que nos sentimos identificados; sí, eso esta muy bien. Pero me fascina como algo que puede parecer que no es propio tuyo, que no pega nada contigo, te puede hacer sentir tan bien. Te complementa. Os complementáis.


Puede que ya no esté hablando solo de lluvia...

Soraya Campanero Fernández

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