Sorpresas que dan vida

Esta entrada no es para una reflexión, simplemente es algo que me gustaría compartir…

El otro día, tuve una de las mejores sorpresas que me podrían haber dado nunca, una sorpresa que hizo que mi corazón fuera a mil por hora, una sorpresa que me alegró el día, la semana, el mes…una sorpresa que me dió vida.

Hace unos 6 meses, mi mejor amigo se fue a vivir a Londres para ganarse la vida. Esto es como una lucha de amor odio, realmente estoy súper feliz y súper orgullosa de él ya que sé que le va mejor que nunca, que está feliz y que se siente bien consigo mismo, pero no puedo echarle más de menos… obviamente no puedo ser egoísta, y pienso en él, y quiero que siga allí, pero mil días sueño con volver a tenerle cerca y abrazarle.

Como dije en mi vídeo individual, hay despedidas muy duras…pero debe ser que los reencuentros merecen la pena, porque el del otro día no tuvo precio.

El martes, cuando salí de clase, un poco agobiada por exposiciones y notas, el estaba allí, en la puerta y… de verdad, me es imposible describir lo que sentí… corrí a abrazarle como una loca y lo único que me salían eran lágrimas, no sabía ni que decir, ni que hacer, no sabía por qué él estaba aquí… pero no podía soltarle.

Al rato me contó todo, me dijo que el día de mi cumpleaños iba a coger un vuelo (yo no sabía nada) y se le canceló y le ofrecieron otro y lo cogió sin pensarlo.

Todos los días antes de mi cumple pensaba, o más bien tenía una mínima esperanza de que viniera, de tenerle y abrazarle, no sé, era absurdo porque yo sabía que él no podía venir, pero no…y después de eso, no me esperaba para nada esto.

Todavía sigue aquí y no puedo separarme de él, de comerle a besos, a abrazos, de contarle mil cosas y preguntarle otras mil.. no me quiero ni imaginar el lunes cuando se vaya, solo quiero disfrutar de este tiempo, de tenerle aquí conmigo y de darle muchísimo cariño y apoyo…porque siempre voy a estar a su lado, siempre le voy a estar agradecida, y siempre le voy a querer como a nadie.

Asi que, Alejandro Jiménez, gracias por hacerme tan feliz, y por hacer que te quiera tanto…

OLGA HERNÁNDEZ CASAS